El tener un miembro que padece de una adicción es sumamente doloroso, ya que destruye el hogar y genera mucha tristeza, enojo e impotencia en cada uno. Cuando las familias buscan solucionar el problema, surgen dudas, no saben cómo ayudar a la persona adicta y en muchas ocasiones, sin quererlo, refuerzan y mantienen su adicción convirtiéndolo en un “círculo vicioso” de sufrimiento y caos.
Nuestro Programa Opción de Vida, cuenta con una metodología diseñada para apoyar a los familiares a salir de este sistema, dentro de ello tenemos a lo que llamamos: Asesoramiento familiar para alcoholismo y adicciones.
Son reuniones en las cuales se explica la filosofía y alcances del programa, se prepara la intervención y se enfatiza la importancia de su participación, dificultades y obstáculos potenciales para contribuir al resultado del tratamiento.
La familia es abordada por un terapeuta, como mínimo una vez por semana (individual o grupal) que apoya a construir un vínculo adecuado con el paciente; mejorando la comunicación asertiva, construyendo limites saludables, promoviendo el crecimiento y emancipación del paciente, entre otros objetivos.
Es frecuente que los pacientes se resistan inicialmente al tratamiento; sin embargo, mediante un asesoramiento de ayuda familiar en adicciones para casos sin demanda, la familia debe hacer los cambios necesarios para que este se incorpore al programa. Ante esta circunstancia se ofrece participar del Proceso de Intervención Familiar que tiene como objetivo lograr que las personas tomen un tratamiento.
Este proceso es llamado “Intervención Familiar”
El Proceso de Intervención Familiar está destinado a lograr que un individuo con un desorden de conducta acepte ayuda.
Debido a que la negación es parte de la enfermedad, el paciente es incapaz de interrumpir el proceso por sí mismo, por lo tanto, son las personas allegadas (familia, amigos, etc.) quienes realizan la intervención y detienen el avance de la adicción o las conductas graves.
Hay una variedad de técnicas que la familia puede usar para motivar a la persona a buscar ayuda. Todas deben realizarse con una guía de un profesional, ya que les enseñará cómo intervenir.
La meta de la intervención no es hacer que las personas con adicciones dejen de consumir y de comportarse de manera patológica, sino es hacer que lleve el tratamiento y tenga un cambio persistente.
Esto debido a que bajo presión el paciente podría aceptar dejar de consumir o comportarse de manera “normal” o como la familia espera, pero esto será temporal, ya que tarde o temprano volverá al consumo.
Por lo tanto, la meta de la intervención es motivar al paciente a ingresar y persistir en un tratamiento, por eso es importante mantenerlo fuera de este proceso hasta que los familiares estén preparados, de lo contrario se puede perder la posibilidad de una recuperación.
CONTÁCTANOS